Santiago Sagredo

Observatorio del Arte

Paisajes de arena y tiempo

Del 24 de junio al 16 de julio

"Variaciones en La Arena" (Playa La Arena, Arnuero, 2023)

La arena, la playa, la frontera entre la tierra y el mar como lugar de la erosión, de los depósitos, del intercambio, en el que podemos evaluar el bienestar del agua, que es nuestro bienestar, en el que podemos descifrar señales, signos, huellas que forman un abecedario, un silabario, una escritura realizada con logogramas que nos habla del tiempo cíclico y del tiempo del deterioro, de los sucesos mínimos en los que se esconde una catástrofe o una potencia tranquila.

En la obra “Tras la deriva” vemos un trabajo arqueológico, los mosaicos que describen el paso del ser humano; en “La rama”, un trazo que se multiplica desde distintos ángulos, superpuestos, el conteo de lo informe, la imagen de la cantidad, de lo que es imposible enumerar; en “Ecosistema”, un mosaico de 63 imágenes que parecen reunidas al azar, vemos huellas residuales de vida, paisajes sin sol, restos macerados por el tiempo; “Proceso” describe un juego de acumulación, la insistencia del dibujo que lleva a una forma caótica, al desequilibrio por saturación; “Variaciones en La Arena” son texturas creadas por superposición de ondulaciones, geometrías naturales imperfectas, fractales de la Playa de La Arena; por último, en “Reloj de arena”, vemos el sol, la sombra, el tiempo que parece ser, más que el tiempo solar, el del autor girando alrededor del motivo.

"Tras la deriva" (tríptico) (Playa de Valdearenas - Cantabria 2020)

Estas composiciones son escrituras no descifradas, como el jeroglífico cretense, como el rongo-rongo de la isla de Pascua o el disco minoico de Festo. Parecen encontrarse en ese paso minúsculo y radical que, entre los seres vivos, solo ha dado el ser humano: el que media entre la asociación analógica y la vinculación gratuita, simbólica, el que hace posible el nacimiento de un código.

¿De qué nos habla esta protoescritura, esta escritura no descifrada? Nos habla del tiempo de la naturaleza, de su falta de linealidad, de su caminar azaroso; nos habla del equilibrio ecológico, de las pequeñas fuerzas que mueven el mundo; de la acumulación y la variedad de signos que debemos contemplar e interpretar; de la infinitud de los seres y de sus imprevisibles variaciones.

“Ecosistema” (Punta Paloma - Cádiz, 2021)


También nos habla, nos muestra, la reunión ordenada de los vestigios que marcan el tiempo de la degradación, señalada por los restos, por los objetos de plástico regurgitados por el mar, de la degeneración de los colores que han palidecido hasta casi desaparecer, reducidos a una escueta paleta de azules y amarillos, del tiempo del deterioro marcado por la erosión en los propios objetos envejecidos.

Todo se mueve, todo cambia, los objetos y los observadores, en un baile que se realiza sobre el gozne que une y separa el flujo de los sucesos y la estabilidad del signo, como el reloj de arena en el que es el continuo movimiento lo que señala la estabilidad de la medida. Como el reloj de estas arenas.

GABRIEL RODRÍGUEZ


“Reloj de arena” (Corralejo - Fuerteventura, 2022)


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