Pablo Genovés

Observatorio del Arte

Paisajes temporales

del 29 de julio al 21 de agosto

«La fotografía es, para mí, el impulso espontáneo de una atención visual perpetua que atrapa el instante y su eternidad».

Henri Cartier-Bresson



Por primera vez en Arnuero, presentamos una exposición dedicada al fotógrafo Pablo Genovés. Un artista imprescindible dentro del panorama artístico contemporáneo. Se trata de una selección de obras elegidas expresamente para este singular espacio en el que nos encontramos, enmarcados en plena naturaleza.

 

Nos acercamos así a la mirada única de Genovés que recurre a las técnicas fotográfico-digitales para crear imágenes cargadas de situaciones que parecen inverosímiles pero que en realidad esconden grandes verdades.

 

Ríos desbordados, mares embravecidos y oleaje irrumpen en arquitecturas como catedrales, teatros, bibliotecas o museos.  

La naturaleza invade espacios creados por los hombres. Aunque esta afirmación no sea del todo cierta, ya que los seres humanos somos los que, en ocasiones, no respetamos los dictámenes de la tierra y por eso las catástrofes climáticas no deberían sorprendernos.

Son obras que nos impactan por su furor sublime y a la vez son de una gran belleza poética. 


 

Cuando contemplamos las fotografías de Genovés sentimos que nos invitan a la reflexión. Apreciamos un tema muy de actualidad: nos presenta un alegato contra el calentamiento global a través de imágenes que plasman la lucha entre el poder de la naturaleza y la fragilidad de las creaciones del ser humano.

 

En sus creaciones estamos ante imágenes extraídas de viejas fotografías, postales y fotograbados de diferentes espacios arquitectónicos como palacios, museos, teatros, iglesias en ruina, restos industriales o muros desconchados a las que superpone fotografías capturadas por él mismo generalmente de naturaleza como olas embravecidas, agua, hielo, ramas y raíces invasoras, roca, barro y más recientemente objetos que recoge en el campo.

Sus títulos son reveladores de la intencionalidad del artista: La última biblioteca, Ángeles caídos, El primer encuentro… En total estamos ante ocho fotografías, realizadas entre 2014 y 2022, que nos permiten adentrarnos en su particular mundo.

Precisamente, la obra más reciente de esta exposición, Cibermundo, nos demuestra como Genovés no deja de actualizar sus creaciones: los árboles, en primer plano, invaden un espacio arquitectónico de gran armonía.

Los paisajes sufren así unas metamorfosis debidas a la convivencia del ser humano en esos entornos. La melancolía subyace bajo esos espacios llenos de belleza, pero a la vez de desasosiego al no ser capaces de entender bien la escena que estamos presenciando como espectadores.

En realidad, somos testigos de esa narrativa inventada que nos une a la naturaleza.


 

Leonardo DaVinci definió el agua como "el vehículo de la naturaleza", por ser constante fuente de renovación y símbolo de vida. Ese agua que invade esos espacios cerrados de las obras Nube dos o Dysopie

En El primer encuentro, nos llama la atención que Pablo Genovés haya optado por “inundar” una pinacoteca, aunque sin duda responde perfectamente a la idea de renovación que era esencial para los futuristas italianos que en su manifiesto de 1909 publicado en Le Figaro sentenciaron : “destruir y quemar los museos, las bibliotecas, las academias variadas(…)”.  

Tal vez esas destrucciones que nos presenta  este singular  artista a través de sus fotografías tengan que ver con ese deseo de renovación constante, con esa catarsis tan necesaria para poder crear constantemente obras de arte.

Debemos incidir en este contexto de la fotografía como una obra de arte, alejándonos de todas esas imágenes que consumimos a diario a través de redes sociales, revistas, plataformas digitales… Susan Sontag en su libro Sobre la fotografía (una recopilación de textos escritos entre 1971 y 1977 para la mítica revista The New York Review of Books) afirmaba: «La necesidad de confirmar la realidad y dilatar la experiencia mediante fotografías es un consumismo estético al que hoy todos son adictos».

Un consumismo que nada tiene que ver con las imágenes creadas por Pablo Genovés que cumple, citando de nuevo a Sontag, con los requisitos para ser legitimadas: «Para ser legítima como arte, la fotografía debe cultivar la noción del fotógrafo como auteur, y de que todas las fotografías realizadas por el mismo individuo configuran un corpus».

Ese corpus que logra crear Pablo Genovés atrapa ese instante del que hablaba Cartier- Bresson y lo perpetua en el tiempo.





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