Arvinder Bawa / Alfonso Rdz Nates

"En esta ocasión el Observatorio del Arte de Arnuero en su temporada estival nos presenta una doble exposición en su sala, en ella se contraponen y combinan felizmente las obras de dos amigos comunes:

Arvinder Bawa, nacido en Gorakhpur (India) en 1948. Ha sido ingeniero e informático. Dados sus estudios y trabajo se puede decir que es un ciudadano del mundo y también el típico “British”. Principalmente ha vivido y trabajado en África, Inglaterra, Venezuela, Delhi y Dehradun. Sería en Londres donde conocería a su esposa, Marisol Cavia, laredana y artista. 




Alfonso Rodriguez Nates, nació en Laredo en 1950, pasó parte de su infancia en Montevideo y toda su juventud en París. Tras regresar a España vivió varios años en Madrid para finalmente retornar a Laredo.


Pero si la villa pejina y Marisol les ha unido, también lo ha hecho su compartido interés artístico. Arvinder, pionero en las “artes de la computación”, lleva muchos años desarrollando y creando imágenes matemáticas basadas en los fractales –“Un fractal es un objeto geométrico cuya estructura básica, fragmentada o irregular, se repite a diferentes escalas. El término fue propuesto por el matemático Benoît Mandelbrot en 1975 y deriva del latín fractus, que significa quebrado o fracturado. Muchas estructuras que encontramos en la naturaleza son  de tipo fractal...”–  Arvinder formula a partir de estas ecuaciones nuevos algoritmos que, aplicados con nuevas variables con los modernos computadores, consigue unos renovados gráficos de gran belleza. Los conceptos de orden y caos, no ajenos al pensamiento oriental, están en su base y logran fijarse en estos diagramas.

Si a Arvinder le conozco desde hace unos años, a Alfonso le conozco desde hace muchos más; he seguido la evolución de su obra durante décadas, y podría decir que, en su quehacer artístico, en el “telón de fondo”, siempre estará también esa naturaleza, la propia naturaleza reflejada de su infinito paisaje natal (La montaña de Monteano con sus múltiples variaciones vendrá a ser un poco como aquella que fascinó a Paul Cezanne: el provenzal Mont Sainte Victoire). Ha evolucionado desde sus primeras plumillas, a la acuarela y la tinta china. Técnica ésta que ha conocido en profundidad siguiendo la obra de los grandes maestros clásicos de ese milenario país: con sus auténticos pinceles de pelo natural, sus pastillas de tinta y tintero, los papeles de bambú y el delicado papel de arroz. Ahora nos muestra sus últimas obras donde sigue habiendo naturaleza, pero que al fragmentarse se nos presenta con un efecto casi abstracto. Para ello recurre a unas cajas de luz donde las pinturas, realizadas con ese delicado papel de arroz y suave técnica, al ser retroiluminadas adquieren unos valores cromáticos de gran pureza y sutileza.

En estos dos amigos se contraponen dos visiones que acertadamente para nuestro deleite se complementan. ¡Felicidades a ambos!"

Mariano Gómez de Vallejo 
Mortera, 3 de Junio de 2016.

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