Colección Himalaya


“En la fotografía hay una realidad tan sutil que llega a ser más real que la realidad.”
Alfred Stieglitz 


La perpetua evolución define a la Historia del Arte, que siempre está en continuo movimiento, por eso realizar una exhibición que abarque minuciosamente la trayectoria artística de una zona, ya sea de un país o de un continente, supondría un reto utópico. Sin embargo, si podemos hacer un recorrido a lo largo de un periodo de tiempo definido y en un espacio territorial acotado. Tal como ocurre con los museos o las colecciones. La gran variedad de tipos de obras de arte o de estilos obliga a los museos a abarcar a ciertos periodos o movimientos. En ese sentido, también los coleccionistas suelen optar también por una cierta especialización y centrarse en determinados periodos o zonas geográficas si su objetivo, entre otros, es tener un conjunto artístico coherente.

Conocí a Julián Castilla hace más de veinte años, cuando empezaba a trazar los esbozos de lo que hoy es su colección, la Colección Himalaya. Al tratarse de un particular predomina su inevitable subjetividad, es decir, su gusto es clave en la adquisición de las obras que componen su acervo artístico. Pero sí, podemos afirmar que la Colección Himalaya parte de planteamientos objetivos: se compone principalmente de pintura centrada de nuestro país durante la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días, de fotografía y de escultura.

En esta ocasión nos centramos en las fotografías icónicas de distintos artistas que constituyen una gran parte de la Colección Himalaya y  que son el resultado de la pasión que Castilla siente por el arte. Una pasión que ha hecho que, coleccionar sea su forma de vida y que le lleve a compartir, de forma altruista, su obsesión con todos los cántabros que quieran sumergirse en esta selección exclusivamente realizada para el Ecoparque de Trasmiera.

Algunas de las imágenes que veremos forman parte de nuestra memoria y nos transportan, a veces con nostalgia, a tiempos pasados. Así, estaremos ante obras imprescindibles de Man Ray como “El Violín de Ingres” o el retrato del gran artista español Joan Miró. También podremos encontrarnos con una de las fotografías más personales de Pablo Picasso, quien lleva la sombrilla para proteger a su pareja, en aquel momento, Françoise Gilot del sol. Un momento capturado por el objetivo único del gran Robert Capa. Además, el fotógrafo André Kertész nos muestra la casa de otro gran artista del siglo XX en su obra “Chez Mondrian”.



Esta selección además se compone de instantáneas con otros temas como las de Alfred Stieglitz o Joaquim Gomis donde cobran protagonismo unas vías de un tren, emblemas de la revolución de las comunicaciones o la Torre Eiffel.

En otra sección de la exposición nos encontramos frente a frente con otro de los temas predilectos de los fotógrafos: la moda femenina. De tal manera que nos sumergiremos, gracias a estos retratos, en una época pasada que va desde los años treinta a los sesenta y donde incluso hay una fotografía de Terry O´Neill cuya protagonista es la inolvidable Audrey Hepburn.



En definitiva, estamos ante un total de casi una veintena de obras de distintos artistas, un itinerario único que resume uno de los siglos más fructíferos y revolucionarios en lo que a manifestaciones artísticas se refiere. Una exposición que nos ayudará a entender mejor no sólo la evolución del arte sino la relación inherente del mismo con las situaciones específicas de cada momento gracias a la Colección Himalaya. Así se cumple la máxima que Paul Klee planteó: “El arte no reproduce aquello que es visible sino que hace visible aquello que no siempre lo es.”

Marisa Oropesa
Comisaria de la exposición

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